Life of Pi

Edificios, mercados, sobrepoblación, familia. Mar, una lancha, un tigre y soledad. Tan rápido como leer ambas oraciones cambió la vida de Pi Patel, un adolescente vuelto náufrago tras el hundimiento del barco que lo trasladaba de la India hacia una nueva vida en Canadá. Y vaya que una nueva vida encontró.

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La nueva película de Ang Lee, Life of Pi (2012) –adaptación del libro homónimo–, es una historia de sobrevivencia increíble en el más estricto sentido de la palabra, que trasciende a una reflexión sobre la fe, la verdad y los límites que nosotros mismos ponemos para tener una idea más clara de lo que es la realidad.

Hace unas horas se dieron a conocer las nominaciones oficiales para una de los premiaciones con más prestigio en el mundo cinematográfico: los premios de la Academia, mejor conocidos como premios Óscar. Life of Pi compite para mejor película al lado de producciones como Argo (2012), Moonrise Kingdom (2012), Lincoln (2012), Django Unchained (2012), entre otras. Y es que, después de verla, no me cabe duda de que es una fuerte contrincante.

El libro del mismo nombre fue publicado en 2001 y se convirtió en un Best-seller. Muchos creían que era un libro imposible de adaptar a la pantalla grande, pero la tecnología los probó equivocados. Visualmente, la película es una delicia, con escenarios que sólo la naturaleza puede brindar—con un poco de CGI por aquí y por allá–, pero tomas paralizantes al fin. Sin embargo, lo que hace grandiosa a la película, en mi humilde opinión, es la profunda reflexión que provoca acerca de incontables temas que conforman eso que llamamos vida.

¿Qué es la verdad? ¿Existe una sola o nosotros elegimos la que más nos complace? Y si hay tan poco de lo que podemos estar seguros, ¿por qué no crear paliativos que disimulen nuestra profunda e infinita ignorancia ante el mundo? ¿La fe mueve montañas o somos nosotros mismos quienes las movemos?

La religión es algo que, en lo personal, me parece abrumador. Es sorprendente y aterrador ver a masas de gente actuando en nombre de cualquiera que sea su Dios. Esta fuerza sobre humana que da la fe, ha comprobado la historia, puede provocar sucesos terribles, pero también es cierto que puede ayudar a la gente a sobrellevar mejor la vida. Es, en efecto, opio.

La película aborda este tema más allá de la religión, tratándose realmente de la espiritualidad. Trasciende diferencias entre religiones y une las mejores cualidades de éstas en Pi, en la búsqueda por encontrarse a sí mismo y hallar, o disfrazar, el sinsentido de la vida con un poco de sentido propio.

Life of Pi está plagada de metáforas y el final ambiguo, como en toda buena película, te deja pensando por horas para poder sacar conclusiones. Explora los límites a los que llega el humano para sobrevivir y lo mucho que dejamos de conocer de nosotros mismos al aferrarnos a la monotonía de la cotidianidad. Salimos de la sala y pensamos: ¿Puede haber una verdad objetiva? Y todo nuestro entorno se convierte en ficción. Después tenemos que entregar los lentes 3D.

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  1. […] de Adele (todos han tarareado algo de esta mujer alguna vez en su vida), mejor música para Life of Pi, así como efectos visuales y probablemente fotografía. Añádale a esa lista el Óscar de mejor […]

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El Cafetín de las 5

Revista cultural con sede en la Ciudad de México. 25 de abril 2011