Whipala: la necesidad de representación

Justo en el corazón de La Paz, flanqueando la Plaza Murillo, ondea una gran bandera cuadrangular de siete colores en el balcón del Palacio de Gobierno de Bolivia. El nombre oficial del lábaro es Whipala y desde 2008 es oficialmente reconocido como símbolo del país, igual que el himno nacional o el escudo de armas. En las plazas o edificios principales del país ondea esta enseña, justo al lado de la bandera del país y la del departamento local.

Palacio de Gobierno en La Paz, Bolivia; Foto: La Mala Palabra

Palacio de Gobierno en La Paz, Bolivia; Foto: La Mala Palabra

En una definición muy burda se puede decir que la Whipala representa a los pueblos indígenas andinos. Sin embargo, cada color de la bandera tiene un significado, algunos de ellos ligados a la cosmovisión de estas culturas. El rojo representa al planeta Tierra, el naranja representa la sociedad y la cultura, el amarillo busca transmitir la fuerza y la energía, el blanco es por el tiempo y la dialéctica, verde es por la economía y producción andina, azul el espacio cósmico y violeta es la política e ideología andina. En conjunto, Whipala representa un todo para la comunidad aimara.

El origen de la Whipala genera controversias. Algunos afirman que hay prueba suficiente para decir que viene desde la antigua cultura Tiwuanaku, sin embargo, el principal argumento en contra es la naturaleza misma de una bandera; ser un emblema. Actualmente se utiliza un diseño proveniente de la información rescatada por investigadores en la cultura andina, en 1987 quienes conformaron un cuadrado con 7 filas y 7 columnas de cuadrados más pequeños de colores.

Existe otra historia sobre el origen, esta se remonta al Primer Congreso Indigenal Boliviano en 1944. En él, un grupo de tradicionalistas liderados por Hugo Lanza Ordóñez y Germán Monrroy Block notaron la existencia de la palabra “whipala” sin un lábaro representativo (más allá de una bandera completamente blanca). Ante esto, la propuesta fue utilizar una bandera “más colorida y con estética aimara”. En dicha reunión también estaba Gastón Velasco, dueño de una imprenta, quien propuso utilizar como base el diseño que había creado años antes para una marca de refresco.

Whipala; Foto: Emindio

Whipala; Foto: Emindio

La historia anterior fue dada a conocer por El Diario de Bolivia en 2008. La autora del artículo, Elizabeth De Col de Céspedes, afirma haber tenido una charla con el propio Gastón Velasco, quien le dijo: “Cierto es, niñita, ¿cuándo pues has visto un tejidito a cuadros entre los aimaras, o cuándo se ha conocido antes esos colores, si son invento de ahorita?”.

En varias de las comunidades indígenas andinas es bien recibida la Whipala, pero no en toda Sudamérica. En 2011 el Congreso de Perú rechazó su uso oficial pues de acuerdo con la Academia Peruana de Historia, “en el mundo prehispánico andino no se vivió el concepto de bandera, que no corresponde a su contexto histórico”. Entonces surge la pregunta, ¿es o no representativa la Whipala?

Hasta ahora no hay prueba alguna que llegué a dar validez completa a la Whipala, específicamente sobre su origen. Si bien pudo haber sido utilizada en la antigüedad, también pudo ser obra de un grupo de estudiosos o el logo de un refresco. Pero en la actualidad hay un par de factores mucho más importantes, la aceptación de la población y la identificación que tengan con ésta. Es de destacar esta condición, a pesar de un origen dudoso, la Whiapala ondea en el Kilómetro 0 de La Paz. Y no sólo eso, ya tiene un uso regular en la cotidianidad indígena.

Es mucho más grande la necesidad de representación para los pueblos indígenas, que la urgencia por validar el símbolo. Y eso pasa, incluso, con un gobierno caracterizado por sus medidas indigenistas, como el de Evo Morales, donde no ha importado con qué, pero los indígenas también ondean muy cerca de su escritorio.

Por Alberto Vega / @Betovegaa

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El Cafetín de las 5

Revista cultural con sede en la Ciudad de México. 25 de abril 2011